17.10.08

Petroaudios (en la Cueva de Ladrones)

Los petroaudios Rómulo León-Quimper nos permitieron ver la punta del iceberg de la corrupción en las altas esferas del poder peruano.

El nuevo primer ministro Yehude Simon, declaró una guerra a muerte a la corrupción. Supongo que sabe a lo donde se está metiendo, nada menos que a una "cueva (llena) de ladrones". De no retroceder en sus pretenciones, su atrevimiento podría costarle caro.

Recordemos que al Maestro le costó la vida cuestionar los poderes detrás de la corrupción de su época, nada menos. Marcos nos lo cuenta de este modo:

Jesús entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas, y no permitía que nadie atravesara el templo llevando mercancías.

Luego de esta reacción indignada Jesús los increpa diciendo:

¿No está escrito: "Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones"? Pero ustedes la han convertido en "cueva de ladrones".

Esto fue intolerable para sus enemigos, como podemos leer:

Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo.

Como bien lo menciona Silvia en su blog:

Han pasado ya unos dos mil años, pero parece que las cosas no han cambiado mucho. Por lo menos en el modelo de sociedad que yo conozco, donde siguen dándose unos grupos que controlan las diferentes manifestaciones del poder, (político, económico, social y cultural) y actúan guiados sólo por el beneficio propio, especialmente por el beneficio económico. El dinero ha sido alzado a la categoría de dios terrenal y convertido en motor único de sus movimientos, por y mediante el cual se compran y venden voluntades, sin límite ni freno alguno.

Esto nos revela que no estamos frente a un tumor benigno el cual podamos extirpar para sanar, sino que el mal se ha extendido a todos los espacios y a todo nivel, a nuestro alrededor y acaso dentro nuestro. Lógicamente terminamos siendo gobernados por quienes buscan su propio beneficio, quienes no dudan en sacrificar a sus dominados hasta donde estos pueden aguantar, valiéndose de normas y leyes para conseguir y justificar sus actos.

¿Qué podemos hacer frente a esto?

Franz Hinkelammert en su artículo El cálculo del límite de lo aguantable y la ética de la banda de ladrones, nos dice:

La sociedad que no introduce una ética del bien común cae necesariamente en una ética cuyo paradigma es la ética de la banda de ladrones; esa sociedad no deja de tener ética sino que su ética llega a ser la de la banda de ladrones.

Jesus no se quedó callado, lo que hizo fue denunciar la ética de la banda de ladrones, y le contrapuso la ética del bien común del Reino de Dios, en el que el bienestar de todos y todas es lo escencial.

¿Quién se atreve a seguir su ejemplo?

BenJamin
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Fuentes:
- uterodemarita.com
- peru21.pe
- La Biblia (Marcos 11:15-18)
- silvialeyendo.blogspot.com
- Revista Ambientico N° 88
- Pintura: Rembrandt
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