"Aquí es el bienestar de nosotros primero, eso es lo primero, antes que trabajar por el país tiene que estar el bienestar tuyo",
no es más que la expresión sincera de un politiquero y en extensión, la expresión de una forma de pensar bastante extendida en nuestra sociedad.
Personas, empresas y países son condicionados y parametrados de modo que su principal objetivo sea obtener mayores ingresos económicos, debiendo para ello "triunfar" en un entorno altamente competitivo. Pero lo dicho por Torres Caro nos revela que "Estamos en una competencia en la que cada uno está serruchando la rama sobre la que se halla sentado el otro. El más eficiente es quien quedará de último, y caerá de último al abismo"[1], porque inevitablemente "Cada participante en el mercado, al tratar de salvarse a sí mismo, ayuda a que todos se arruinen"[2], baste con ver lo que está pasando con la economía mundial y la naturaleza.
Definitivamente nos conviene librarnos de los Torres Caro y Espinozas del Congreso, del mismo modo que nos conviene ir más allá de aquello de "el bienestar de nosotros primero", porque de ello se alimenta la lógica del suicidio colectivo, que destruye los fundamentos de la vida, y nos empuja a todos al abismo. Ya lo decía el Maestro:
Porque el que quiera salvar su vida la perderá;
pero el que pierda su vida por mi causa,
la encontrará (Mateo 16, 25).
pero el que pierda su vida por mi causa,
la encontrará (Mateo 16, 25).
BenJamin
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Sobre el tema recomiendo ver: Temporada de circos de Utero.tv
Notas:
1. Franz Hinkelammert,
Por una sociedad donde quepan todos (p. 368)
2. Ibid (p. 372)
Fuente:
- Foto y audio (El Comercio)
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