Amy Winehouse, reciente ganadora de cinco premios Grammy, está en una clínica donde intenta rehabilitarse de sus adicciones.
El pasado domingo 10 de febrero Amy recibió los premios a la grabación del año, la mejor artista revelación, mejor canción del año, mejor disco pop y mejor artista pop.
Con su docena de tatuajes que adornan sus brazos y en los que destacan no sólo las pin up girls que seducen a todo color, sino el nombre de su fallecida abuela Cinthya y el de Blake, justo encima de su corazón, se ha convertido meritoriamente en una diva de la música. Algo que en su familia de alguna forma veían venir, ya que desde pequeña se interesó más por la guitarra y las composiciones que por los estudios.
Despues del éxito empezó a transitar por el accidentado camino de las juergas interminables en las que corría de todo, su disco "Back to Black", que habla de tocar fondo y de amores que matan, fue compuesto por la Winehouse, durante el tiempo en que se separó del que ahora es su esposo, y he allí el dolor que emana de él.Pero aunque regresaron para casarse en mayo del año pasado, Amy ya estaba metida hasta el fondo en sus adicciones. Y no solo canceló conciertos y giras, entre ellas una en la que iba a telonear a los Rolling Stones. No era raro verla sobre el escenario cayéndose de borracha, olvidándose de la letra, e incluso en frente de todos esnifarse un paco de cocaína, tal como se puede apreciar vía Youtube, en el video de un concierto ofrecido por la Winehouse en octubre pasado en Zurich.
Actualmente Winehouse, de 24 años, se encuentra cumpliendo tratamiento de rehabilitación en la Clínica Capio Nightingale de Londres, y su madre Janis se mantiene cerca de ella.
Fuente:
larepublica.com.pe: El infierno de una estrella (artículo completo)
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BenJamin
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